Dejando a un lado las etiquetas o los géneros, Arcade Fire son una de las mejores bandas del momento sin lugar a dudas. La energía que desprenden sobre el escenario los equipara a grupos presuntamente más rockeros, hay quien querrá matarme por lo que voy a decir, pero si comparo su visita con el último bolo en el razz de Mike Ness y sus Social Distortion, me quedo con la puesta en escena y la actitud demostrada por los Arcade.
Eliminado el factor sorpresa su visita podría no haber resultado tan emocionante como su paso por el Summercase, pero para equilibrar el tema, llegaban a Barcelona con un nuevo disco bajo el brazo, The Suburbs, con himnos a la altura de sus dos primeros lp's.
Empezaron con tres temas como Ready to start, Neighborhhod #2 y No cars go en lo que fue una apuesta clara por meterse al público en el bolsillo desde la primera nota. Pero luego bajaron un poco el ritmo y la intensidad con dos temas cantados por Regine, Haiti y Sprawl II, que no se encuentran precisamente entre mis favoritos. Suerte que luego retomó el control del micro Win Butler con otra serie de temas de los más tranquilos del grupo como Modern Man, Rococo, The Suburbs, Crown Of Love. No sería hasta Intervention donde comenzarían otra vez a sonar más épicos con esas subidas de intensidad que tan bien manejan. Siguieron con We Used To Wait para llevarnos hasta el final con algunos de sus mejores temas: Neighborhood #3, Rebellion, Month of May y unos bises donde sonaron Neighborhood #1, Keep The Car Running y una apoteósica Wake Up.
Sorprende la facilidad con que los miembros de la banda van intercambiando sus instrumentos sin que decaiga el ritmo del concierto ni la calidad en la ejecución de unos temas que en directo ganan enteros. Gran entrega de los de Montreal sobre el escenario durante la hora y media de actuación, donde se les ve divertirse y disfrutar del momento que están viviendo. Si siguen por este camino llegarán a ser muy grandes.
Ya sorprendió que se atrevieran con un Palau Sant Jordi para su actual gira, no lograron llenarlo, pero congregaron a un público que conocía las canciones y que, al menos donde yo estaba, no jodieron el bolo a base de cámaras, móviles o comentando la jornada de liga.
La próxima vez seguro que consiguen el sold out.